Investigaciones Científicas sobre la Reencarnación

Gilberto Schoereder

El periodista Zom Schroder, autor del libro Almas Antiguas, acompañó las investigaciones del Dr. Ian Stevenson sobre reencarnación. Tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre su trabajo, sobre la resistencia de la ciencia hacia la investigación del asunto en cuestión y como su vida se transformó después de su contacto con el tema de la reencarnación.

En Brasil, las investigaciones científicas sobre reencarnación han sido realizadas principalmente por el Dr. Hermani Guimaraes Andrade y por el Dr Joao Alberto Piosini, cuyas investigaciones vienen siendo publicadas por la revista “Espiritismo y Ciencia”. En los EVA, la línea de guía de esas investigaciones están a cargo del Dr. Ian Stevenson, médico psiquiatra que hace décadas viene recolectando relatos de posibles casos de reencarnación en todo el mundo…

Quien quiera conocer mejor el trabajo del científico norteamericano, va a encontrar informaciones muy interesantes en el libro “Almas Antiguas” (editorial Ofestante). Es una oportunidad más para discutir sobre la participación de la ciencia y las investigaciones con metodología científica sobre la reencarnación.

El libro fue escrito por el periodista Zom Shroder, editor del reputado periódico norteamericano Zhe Washington Gost, y presenta las investigaciones de Stevenson, a quien el periodista acompañó en diversos viajes por el mundo. Entre otras cosas, lo que el libro muestra es que el pensamiento científico solo tiene que ganar si consigue abrirse para nuevas posibilidades. Además de ello, existen científicos de peso realmente preocupados con cuestiones que, hasta poco tiempo atrás, eran consideradas como apenas pertenecientes al campo del espiritualismo. El propio Dr. Stevenson, aunque hable poco públicamente sobre el tema, dejó bien claro que no está preocupado con lo que sus compañeros puedan pensar a respecto de su trabajo, una vez que él es totalmente consciente de que viene actuando con el mayor rigor científico posible.

También es preciso que se diga que, en los últimos tiempos, varios científicos han demostrado un interés verdadero en aproximar la ciencia a los conceptos espiritualistas milenarios, aunque eso haya ocurrido más en el aspecto teórico y conceptual. El resultado hacia esta aproximación ha sido, en muchos casos, el descubrimiento de nociones que ya existen hace centenas o millares de años, y que solo recientemente la ciencia la conseguido concebir y desenvolver.

El caso del Dr. Stevenson tal vez sea apenas más claro, más nítido, ya que él fue personalmente a recoger testimonios y sus investigaciones parecen haber ido más lejos que las realizadas por la mayoría de los investigadores. No queriéndose apoyar solo en teorías, pasó treinta y siete años viajando por el planeta, recolectando pruebas de niños que alegan haber tenido recuerdos nítidos de otras vidas. No es un procedimiento inédito, pero la diferencia es que ninguno de los casos estudiados estaba bajo la influencia de hipnosis, y además las informaciones recibidas podían ser fácilmente verificadas, ya que se referían a existencias pasadas pero recientes y no distantes en el tiempo, como la Edad Media o el Antiguo Egipto.

SIN DOGMATISMO

Según Shroder, uno de los aspectos marcantes en Stevenson y que llamó su atención es su postura absolutamente científica, verificando minuciosamente las informaciones obtenidas en las entrevistas. Y también, cuando pasó a investigar la obra del científico, el periodista percibió que otros investigadores en varias partes del mundo lo tenían en alta consideración, a pesar de que su nombre era muy poco conocido fuera del medio académico.

Stevenson jamás dejó de considerar las posibilidades contrarias, aquellas que podrían echar por tierra cualquier realidad del fenómeno de la reencarnación: como, por ejemplo, si los padres de los niños interrogados pudiesen, incluso inconscientemente estar pasando informaciones a ellos.
Cuando Shroder preguntó a Stevenson sobre esa posibilidad, él simplemente respondió: esa idea nunca deja de asombrar mis pensamientos. En otras palabras, no se trata en hipótesis alguna, de una investigación viciada, con una sola dirección, sino que tiene en cuenta todas las variables posibles.

El investigador también ve, con una claridad raramente encontrada, los problemas por los cuales pasa actualmente la ciencia. Ya hacia 1989 en una conferencia proferida en la Houtheastern Lousiana University él decía “Para mí, todo en lo que los científicos creen ahora está abierto a mudanzas, y yo quedo consternado al percibir que muchos aceptan el conocimiento actual como algo inmutable”, es más, : si los herejes pudiesen ser quemados vivos en los días de hoy, los científicos sucesores de los teólogos, que quemaban a todo el que negase la existencia del alma en el siglo XVI, hoy quemarían a aquellos que afirman que ellas existen. Una postura que confirma la sospecha de muchos de que la ciencia, en varios aspectos, se hizo tan dogmática como las religiones de los siglos pasados, volviéndose una especie de religión moderna.

Formado en medicina en Canadá, por la Universidad MacGill en 1943, Stevenson se especializó en psiquiatría y en 1957 se hizo jefe del departamento de psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia, donde comenzó a estudiar niños que se recordaban de existencias pasadas y se dedicó totalmente a la investigación de fenómenos paranormales.

Cuando Tom Shroder comenzó a investigar las publicaciones científicas profurando las referencias sobre el trabajo del Dr. Stevenson, encontró, al lado de los científicos que no aceptaban las pruebas de Stevenson sobre reencarnación, una serie de investigadores que lo consideraban un precursor, un hombre que inició investigaciones científicas en temas que hasta entonces eran considerados tabú. Uno de ellos llegó a compararlo a Galileo, lo que tal vez no sea tan exagerado, una vez que hoy en día también es preciso coraje para enfrentar el dogmatismo de la comunidad científica.

OTRA POSTURA

Tal vez alguna cosa esté realmente mudando en la ciencia. La cantidad de estudiosos investigando casos ligados a la paranormalidad vienen aumentando y la postura de importantes teóricos han reforzado esos posicionamientos. Es verdad que ese no es un movimiento tan reciente, habiendo comenzado con el pensamiento de Pritjof Kapra y más recientemente ganando el apoyo de científicos importantes como Tiya-Prigogine, que establece paralelos consistentes entre la antigua filosofía hindú y las modernas teorías de la física cuántica, capaces de ser aplicadas con exito en la explicación de asuntos peliagudos, como la reencarnación, fenómenos parapsicológicos, la existencia de universos paralelos y dimensiones alternativas de la realidad.

Pero no hay duda de que, para la ciencia, en sus aspectos más ortodoxos, lo que cuenta es la experimentación, la existencia de pruebas concluyentes, la posibilidad de repetir experiencias en ambientes, situaciones y momentos diversos. Stevenson, como cualquier científico moderno que conoce el terreno que está pisando, sabe que existen temas de investigación que simplemente no encajan en esas exigencias. Él viajó a la India, a Oriente Medio y a muchos otros locales, recopilando informaciones, entrevistando los niños y anotando los datos por ellos fornecidos, para sólo después partir en una verdadera investigación policial y reconstituir la vida pasada a la cual ellos se referían. Eso no puede ser repetido en un laboratorio.

Así como se refirió a la afirmación de que el alma existe, como algo capaz de llevar una persona a la hoguera, si no literal, por lo menos metafóricamente, él también citó una experiencia controlada para verificar la posibilidad de la existencia de esa parte inmaterial del ser humano. Un hombre que se estaba muriendo fue colocado en una cama encima de una balanza. En el momento en que murió, se verificó que el peso registrado en la balanza no fue alterado. Así, si el alma existe y sale del cuerpo en el momento de la muerte física, naturalmente ella no tiene peso. Es una tentativa hasta ingenua, una vez que estamos hablando de valores completamente diferentes, que van a requerir de los científicos posturas y modos de pensamiento muy distantes de aquellos a los cuales están ellos acostumbrados.

En la entrevista que sigue, Tom Shroder habla sobre su trabajo con el Dr. Stevenson.

¿El hecho de dejar de ser un escéptico y pasar a acreditar en la veracidad de la reencarnación alteró la forma como tu encaras la vida?

Primeramente, quiero decir que mi entendimiento básico sobre el asunto no mudó. Yo profundicé en el trabajo de Ian Stevenson con un deseo de encaminar sus métodos, para ver las evidencias en primera mano y valorar su metodología y conclusiones. Nunca me impresioné con creencias en fenómenos paranormales basado apenas en el deseo de creer en algo fantástico o en la sensación de que “tiene que existir algo más”.

Dicho esto, antes de mis experiencias con el Dr Stevenson, yo no había encontrado ninguna evidencia sobre la posibilidad de reencarnación que resistiese a tanto escrutinio. Yo estaba, si, muy abierto a la posibilidad de que, vistos de cerca los casos de Stevenson, podrían no ser convincentes. Al estudiar esos casos, percibí que una serie de preguntas clamaba por respuestas.
¿los niños realmente habían hecho declaraciones espontáneas sobre haber tenido una identidad previa, con informaciones específicas sobre esa identidad??, ¿las cosas que dijeron los niños realmente describían la vida de una determinada persona fallecida que pudiese ser identificada?, ¿existía alguna posibilidad de los niños haber obtenido aquella información de una manera normal?;  ¿Podría haber algún motivo, consciente o no, para que los niños estuviesen mintiendo o fabricando sus relatos?;  ¿El Dr Stevenson estaba conduciendo sus investigaciones de manera objetiva y razonable?;  ¿Las evidencias eran lo bastante fuertes para suscitar alguna otra posibilidad alternativa?

Yo no preveí como sería afectado emocionalmente si, después de considerar los trabajos de Stevenson cuidadosamente, sería obligado a llegar a la conclusión de que no había explicación normal para lo que los niños estaban diciendo o haciendo. Por explicación normal yo quiero decir, cualquiera que excluya fuerzas o procesos actualmente desconocidos de la ciencia.
Cuando llegué a esa conclusión, lo encontré muy difícil de aceptar. Y así lo creo todavía, el mayor impacto de las constataciones en mi vida fue poder vislumbrar hasta qué punto los seres humanos se engañan creyendo entender su lugar en el Universo.

Los rápidos avances de la ciencia y tecnología crean la impresión de que estamos aproximándonos a todos los misterios del mundo. Mi experiencia con Stevenson me hizo confrontar el hecho de que los misterios del mundo son mucho mayores que aquello que conocemos. Si nadie entiende las bases de la conciencia, de donde ella viene o inclusive cuál es su naturaleza ¿Por qué debemos de sorprendernos cuando ciertas anomalías surgen en torno a ella?

¿Cómo fue hecho el acompañamiento de los trabajos del Dr. Stevenson?

Stevenson estudió esos casos como un detective policial. Él siguió relatos iniciales hasta la fuente, entrevistó testigos en primera persona, examinó y en algunos casos, cruzó informaciones identificando testimonios que pudiesen corroborar o discordar de un testimonio clave.

Confrontó testimonios verbales con registros escritos siempre que fue posible, consideró razones probables para una mentira o auto ilusión, buscó caminos normales a través de los cuales, el niño podría haber tenido conocimiento sobre la identidad de una posible vida pasada, buscó conexiones ocultas entre el niño y su familia con la familia de la persona fallecida. No apenas eso: un colega de Stevenson aplicó tests psicológicos en los niños que hicieron relatos sobre vidas pasadas y después los comparó con test realizados a niños comunes. Con sorpresa para todos, no surgió cualquier grado de patología psicológica en aquellas que hablaban sobre existencias anteriores. Ellas se mostraron saludables, un poco más inteligentes y menos sugestionables de la media. Sus profesores los consideraban bien ajustadas, pero los padres no mucho. Es posible entender que los padres de un niño que afirme no pertenecer a aquella determinada familia tengan dificultades para lidiar con él.

¿Tú dices que llegaste hasta las investigaciones del Dr Stevenson por medio de una materia sobre el Dr Briam Weis en que exactamente difieren las investigaciones y resultados obtenidos por uno u otro?

Los libros de Weis hablan sobre recuerdos de supuestas vidas pasadas de adultos bajo el efecto de hipnosis. Tales casos no contienen los hechos que los casos de Stevenson, recuerdos espontáneos de niños pequeños, por lo que son más convincentes. Los casos de hipnosis frecuentemente lidian con vidas en un pasado distante, haciendo casi imposible confrontarlos con la vida de cualquier persona históricamente verificable. Los detalles en la “memoria” de los pacientes bajo hipnosis tienen a ser genéricos, del tipo que cualquier adulto podría obtener en libros de historia o películas y repetir como parte del ejercicio hipnótico. Al final, pacientes bajo hipnosis son instruidos a relajarse y dejar a su imaginación asumir el control. Ninguno de los casos de Weiss mostró cualquier paciente transmitiendo informaciones que no pudiesen haber sido obtenidas en libros o películas. ¿Así siendo, por que creer que tales personas estarán hablando sobre vidas pasadas verdaderas y no apenas usando la imaginación para colocarle en un escenario imaginario?...los niños de Stevenson por otro lado, ofrecen relatos específicos sobre un pasado reciente. Cuando tienes casos en que niños bien jóvenes hacen muchas afirmaciones específicas sobre nombres, lugares, fechas y eventos que coinciden con la vida de una persona recién fallecida y comprobadamente extraña a la familia de aquel niño, eso no puede ser fácilmente explicado.

Nota: Las investigaciones de Brian Weiss han aportado un amplio material de información en relación a la existencia de la reencarnación y vidas pasadas. Si consideramos, por ejemplo, el libro: “Lazos de Amor”, tenemos la posibilidad de acercarnos al relato de dos pacientes suyos, que no se conocían de nada y que bajo hipnosis y sin ninguna influencia sugestiva, relataban experiencias comunes, coincidieron en las revelaciones de existencias pasadas. Esa experiencia relatada por Brian Weiss en el libro citado no puede ser obtenida por medio de la lectura de un libro o en una película. (Nota de Córdoba Espírta)

A qué atribuyes la resistencia de la ciencia para profundizar en cualquier investigación referente a la reencarnación o a la sobrevivencia del espíritu después de la muerte?

Tres problemas:

1.  Ese tipo de pesquisa no permite investigación en laboratorio. El tipo de fenómeno, declaraciones espontáneas, no puede ser repetido de manera programada, o visto a través de un microscopio. Tales casos solo pueden ser investigados como se haría con un crimen o proceso legal, con entrevistas, cruzando informaciones de varios testigos con evidencias documentadas. Aunque esto pueda ser hecho con bastante cuidado, alguien puede siempre descartar el caso como “evidencia fantasiosa” y, por tanto no confiable.

2.  Hay una total falta de evidencia sobre cualquier mecanismo a través del cual la reencarnación sería posible. Stevenson de ningún modo afirma poder detectar, con instrumentos objetivos, cualquier tipo de “alma”, que estaría trayendo recuerdos y atributos personales de un cierto cuerpo físico, y tampoco apunta cualquier evidencia de fuerzas a través de los cuales un alma, si existiera, pueda transferirse de un cuerpo para otro.

Nota: De la misma manera, no hay tampoco ninguna evidencia sobre cualquier mecanismo que demostrara, con instrumentos objetivos, la existencia de la memoria, los procesos cognitivos, el amor, la renuncia, el odio etc. Podemos ver sus efectos y de esta forma determinar su existencia. (Nota de Córdoba Espírita)

3.  Hay siempre un conservadurismo en la ciencia, una tendencia para no encarar con sinceridad cualquier evidencia que desafíe el actual entendimiento de cómo el mundo funciona. Infelizmente, con frecuencia eso se traduce como falta de voluntad para considerar tal evidencia.

Muchos criticaron los casos de Stevenson sin darse el trabajo de examinarlos. Si lo hubieran hecho, esas investigaciones descubrirían que niños de todas las partes del mundo están haciendo relatos extraordinarios. Debería ser natural que quisiéramos saber lo que está ocurriendo para que ellos digan estas cosas. Nadie está afirmando que Stevenson descubrió la mejor manera posible para examinar tales casos. Tal vez exista un modo mejor. Yo sé que nada sería más grato al Dr. de que alguien se interesara por sus investigaciones.

EN LA INDIA

Treinta y siete años después de iniciar sus investigaciones en la India, el Dr Stevenson volvió al país en compañía de Tom Shroder para investigar el caso de una niña de siete años llamada Preeti.

Cuando fueron a su casa, el padre, Zek Ram, dijo que cuando empezó a hablar, Preeti había dicho a sus hermanos: “Esta casa es vuestra, no mía. Ellos son vuestros padres, no los mios…” después dijo a su hermana:  “Tú sólo tienes un hermano, yo tengo cuatro”. También dijo que se llamaba Sheila, y dio los nombres de sus verdaderos padres, implorando para ser llevada a su casa, en la ciudad de Los Majra, donde Zek Ram y su esposa nunca habían estado. Ellos le dijeron que parase de decir tonterías e ignoraron el caso.

Pero a los cuatro años, Preeti pidió al vecino, un lechero, que la llevase al pueblo. El lechero repitió la historia de la niña a una mujer que había nacido en La Majra y le preguntó si ella conocía alguien con los nombres que la niña dice que sus padres tenían y si ellos habían perdido una niña llamada Sheila. La mujer respondió que conocía y que la hija de ellos, Sheila, había muerto, atropellada por un automóvil.

La historia llegó hasta el pueblo y el padre de la niña muerta fue a visitar a Preeti. Según Zek Ram, ella reconoció al hombre y, más tarde, cuando fue hasta La Majra, reconoció a otras personas.

Cuando le preguntaron cómo había muerto, Preeti dijo: “Caí de lo alto y morí”. Al preguntarle cómo había ido a parar en aquel lugar, ella respondió: “Estaba sentada en la orilla del rio. Estaba llorando. No conseguía encontrar una madre, entonces, vine contigo”. Lo que no coincidía con lo que decía Preeti era el hecho de que ella decía que había caído de lo alto y haber muerto, cuando se sabía que Sheila había sido atropellada.

Días después, Stevenson y Shroder pudieron pasar por Loa Majra y el periodista tomó conocimiento de la descripción sobre la muerte de Sheila de un periódico, que decía que ella había sido despedida a más de tres metros de altura. Otro detalle que llamó la atención es que, en el accidente, Sheila se había golpeado en una pierna, y Preeti presentaba una marca de nacimiento en el mismo lugar.

Como científico responsable que es, el Dr Stevenson reconoce la posibilidad de que el caso pueda ser explicado por otras teorías que no sean la reencarnación, pero resalta que, muchas veces, las únicas evidencias posibles de ser sopesadas son aquellas basadas en la memoria de las personas.

Traducido por Pedro Rodriguez

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