Rosemary Brown


Con este artículo no pretendo escribir una biografía de Rosemary Brown, aunque sea necesario, para cumplir con los objetivos que nos hemos propuesto, hablar un poco de su vida. Tampoco busco hacer un estudio profundo de sus facultades, de los que hay muchos y muy buenos. El único objetivo que me mueve es llevar al conocimiento de nuestros queridos lectores la facultad mediúmnica de esta sensitiva inglesa, que muy a su pesar saltó a la fama en los medios espiritualistas ingleses por su particular facultad psíquica.

Lo que cabe destacar, en el caso Rosemary Brown, es que ella no era espírita. Es verdad que asistía a una iglesia espiritualista que creía en la comunicabilidad de los espíritus, pero en ningún momento recibió un conocimiento en relación al espiritismo y sobre las conclusiones filosóficas y morales a las que arribó el célebre profesor Rivail, y que lo catapultaran a la inmortalidad con el pseudónimo de Allan Kardec.

Pese a eso, es sorprendente la seriedad y responsabilidad con la que siempre encaró su mediúmnidad. Causa verdadero placer oírle hablar en relación a las preguntas que debía o no hacerle a los espíritus, basándose siempre en el principio espírita de la seriedad y la utilidad.

Consideramos también, que ella jamás comercializó con la mediúmnidad, a pesar de poseer unas dotes de videncia y audición sorprendentes y claramente identificables. Ella nunca expuso su mediúmnidad para la curiosidad de las personas y su única finalidad fue siempre la de evidenciar la inmortalidad del alma y las consecuencias que esto tendría para la sociedad, tal y como le dictó el espíritu de Sir Donald Tovey:
“No nos comunicamos a Rosemary Brown por el deseo de producir placer a los que la oigan. Son las implicaciones relativas a este fenómeno que esperamos vengan a despertar el interés sensato y consciente, y a estimular a las personas inteligentes e imparciales, -que son muchas- a considerar la exploración de las regiones desconocidas de la mente y de la psiquis.
Cuando el hombre se haya sumergido en las misteriosas profundidades de su consciencia velada, podrá elevarse a alturas mucho más elevadas.
Ella por lo tanto, siempre tuvo especial cuidado de dirigir su mediúmnidad en base a las orientaciones sabias de los espíritus que la acompañaban.

Pero veamos algo más de ella.

Rosemary Brown nació en Clapham, Londres, en el seno de una familia de clase media. Sus abuelos habían pertenecido a una clase media-alta, pero cuando Rosemary nació la situación económica de su familia había caído bastante, por lo que a pesar de poder recibir una educación media, en su familia no abundaba el dinero.

La mediúmnidad la acompañó desde niña. Afirma no saber exactamente en momento en el que comenzó a ver a los espíritus, pero como todo niño médium, para ella era algo normal. Lo que sucede con estos niños es que creen que este fenómeno es normal también para todas las personas y hablan de todo lo que ven, sorprendiendo a propios y extraños. A medida que crecen se dan cuenta de que hay algo distinto en ellos y prefieren callar. Eso fue lo que exactamente ocurrió con ella. A medida que comprobaba la sorpresa mezclada de miedo que sentía su madre cuando le describía personas que hacía tiempo habían fallecido, dejó de realizar esos comentarios y pasó a vivir la mediúmnidad como algo íntimo.

A pesar de ello, no recuerda que haya sufrido por los extraños fenómenos que sucedían con ella. Siempre vio y vivió la mediúmnidad como algo totalmente normal y natural.

Si su madre enfrentaba sus relatos con sorpresa y algo de temor, su padre era totalmente escéptico. Fue aproximadamente cuanto tenía trece años, que un hecho vino a sacar de la incredulidad a su padre.

En determinada ocasión, la joven le dijo a su padre que un joven llamado Black Alec le quería transmitir un recado. El padre quedó totalmente desconcertado. La hija describió perfectamente al hombre y el padre reconoció en él a un amigo de la juventud. Lo curioso era el mensaje: -Él venía a pedirle a su padre disculpas por su mal comportamiento en el pasado.

Entonces el padre narró a su hija y a su mujer que efectivamente, cuando rondaba por los veinte años de edad, tenía un amigo llamado Black Alec, y que en determinada ocasión éste realizó un negocio que le perjudicó mucho económicamente, por lo que la amistad entre ellos se terminó. Este episodio había sido casi olvidado por el padre de Rosemary y nunca lo había contado a su familia. Por esta razón las revelaciones que le hizo la hija le convencieron de las facultades extrasensoriales que poseía.

La presencia de los espíritus se tornó tan habitual en ella, que los veía y los percibía en todos los lugares a los que iba. Por ejemplo, cuando tenía 14 años, una profesora les entregó una postal con una imagen, y les pidió que escribieran una narración sobre la misma. Ella percibió que en el reverso había unos párrafos escritos en italiano. No tenía conocimiento alguno de italiano pero se entretuvo en leerlos. Cuando terminó estaba extrañada puesto que sabía exactamente lo que había leído. No entendía las palabras que ponían, pero si sabía exactamente lo que había leído. En la redacción copió en inglés lo que había leído del reverso.

Al entregar la redacción a la profesora ésta le preguntó si tenía conocimientos de italiano a lo que la joven dijo que no. La profesora quedó totalmente sorprendida porque la redacción era una traducción exacta del texto que había en la postal.
Muchos episodios similares a los narrados pueden ser contados, pero estos no dejan de ser episodios comunes en la vida de muchos médiums, y Rosemary Brown estaba llamada a realizaciones distintas, pero no nos adelantemos, sigamos un poco más con ella para conocerla mejor.

Como dijimos anteriormente, Rosemary había nacido en una familia de clase media en la que los problemas económicos se iban acentuando. Su madre había sido educada en el seno de una familia bien acomodada, pero debido a los nuevos rumbos que tomara la vida para ellos, se vio obligada a trabajar, algo que causó muchos sufrimientos a su madre que no había sido educada para esa vida. 

Aún así su madre trabajo mucho para que a sus hijos no les faltara de nada, por lo que si no abundaba el dinero, tampoco había necesidad. Fue después, cuando Rosemary se casó, cuando las dificultades vinieron.
Su marido, hombre bueno y trabajador, no tenía un trabajo estable y duradero, por lo que a veces debían ajustar los recursos económicos. Fue una época que si bien no tenían mucho si que fueron felices. Los problemas se recrudecerían cuando su marido enfermó gravemente y murió. Veamos como cuenta ella misma esa época de su vida:
Cuando mi marido falleció, a finales de agosto de 1961, quedé sin un centavo con nuestros dos hijos de ocho y cuatro años y medio para ser criados por mi sola. Siempre habíamos sido pobres, y mi marido estuvo muy enfermo durante los últimos 18 meses que precedieran a su fallecimiento. Él tuvo cirrosis no alcohólica de hígado y asma bronquial.
La molestia del hígado le causaba crisis de ceguera completa, lo que hizo que yo nunca tuviese coraje de dejarlo solo y salir a trabajar fuera.
Su molestia fue tan prolongada que tuvimos que depender de una reserva financiera que poseíamos. No sabíamos que podríamos haber recurrido a la asistencia pública “National Assistance” y haber conservado la reserva financiera que poseíamos.  Como consecuencia de eso, cuando él murió, quedé sin nada. Además de eso, estábamos en el mes de agosto por lo que eran vacaciones escolares, por lo que yo no podía salir a trabajar ya que tenía que cuidar en casa de los niños.
Recurrí a “National Assistance” y fui ayudada con 4 libras, 1 shilling y 6 pence a la semana, y con eso debíamos mantenernos los tres, hasta que me fuese concedida la pensión por viudez. Aunque no sería beneficiada con el valor completo de la pensión porque según me dijeron, los comprobantes de pago de mi marido no tenían el sello exigido. Cuando me otorgaron la pensión hube de devolver a “National Assistance” hasta el último centavo de lo que faltaba.
Después del verano, con grandes luchas y sacrificios, consiguió un empleo a media jornada en el colegio de sus hijos. Esto constituía una providencia por dos razones. Por un lado le permitía trabajar para el sustento de su familia, y por otro no tenía que preocuparse de llevar y recoger a sus hijos al colegio, sobre todo al pequeño, ya que trabajando en el mismo colegio en el que ellos estaban no tenía que preocuparse de eso.

Por aquella época falleció también su madre. Su madre, en los últimos años de su vida se había interesado mucho por las facultades de su hija y había contactado con un grupo espiritualista que realizaban reuniones mediúmnicas. Había insistido mucho en que su hija fuera al grupo pero ella no iba debido a no disponer de tiempo. Cuando su madre murió, recibió la visita de una médium que le indicó que había recibido un mensaje del espíritu de su madre pidiéndole que la visitara y la invitara al grupo. Desde entonces comenzó a asistir.

La vida de Rosemary Brown estaba a punto de cambiar. Un día en el que hacía mucho frio y había hielo en las escaleras del colegio, iba cargada con un recipiente de agua cuando resbaló y cayó al suelo. Como resultado de la caída hubo de ser llevada al servicio médico que le aconsejo reposo moderado. Ella cuenta que no le hicieron ningún chequeo a fondo pero cree que pudo tener una fractura en dos costillas. El dolor era muy grande y no tuvo más remedio que permanecer en su casa unos días.

Antes de casarse, había comprado a plazos un piano con el deseo de aprender a tocar. Durante un año había recibido clases aunque no de forma continua, ya que no disponían de recursos económicos para permitirse ese lujo. Además, el profesor que habían contratado era el más barato y por lo mismo su preparación era bastante pésima, por lo que no consiguió aprender casi nada. Podía tocar algunas piezas muy básicas, cometiendo, sin embargo, muchos errores.
Para distraerse, se dirigió al piano e intentó tocar algo. Hacía muchos años que no lo usaba y no creía que pudiera tocar ni algo sencillo. Cuando estaba dispuesta a comenzar, un espíritu, el célebre compositor y mejor pianista Franz Liszt se le presentó. Ella ya lo había visto en otras ocasiones, pero esta vez la cosa fue distinta, veamos lo que ella escribió a este respecto:
“Fue entonces que Liszt apareció a mi lado. Pronto me di cuenta de que estaba guiando mis manos sobre el teclado. La música fue ejecutada sin ningún esfuerzo de mi parte, y era una melodía que nunca había escuchado antes.
Curiosamente no estaba sorprendida por este acontecimiento extraordinario. Todo parecía normal y natural para mí. Me dije a mi misma: esta música es muy hermosa y yo tengo un enorme placer en escucharla y participar en la creación de una obra que perfectamente sabía que no era mía. Lizst no me había hablado, él solo se quedó a mi lado. En aquel momento no estaba en trance, yo lo veía, plenamente consciente de lo que estaba sucediendo.
A partir de aquel momento, él volvió más veces y me fue transmitiendo más partituras. Tocaba el piano a través de mí. ¿Cómo lo hacía? No sé, solo puedo decir que usaba mis manos como un par de guantes. En aquella época yo nunca hubiera podido tocar el piano, ya que no tenía los conocimientos suficientes y además me faltaba práctica. Con su ayuda, mi forma de tocar parecía técnicamente correcta.
Hasta ese momento Liszt no había escrito música por mi intermedio. Después de un tiempo empezó a hablar conmigo. Me dijo que las notas que pasaban por mis manos y mi cabeza debían ser escritas.
A partir de ahí, la comunicación con Rosemary Brown era de forma distinta. Él dictaba las notas a la médium, que las transcribía al papel y posteriormente las reproducía al piano.

Nosotros espíritas podemos hacernos la pregunta si quizás hubiera sido mejor que hubieran utilizado a una médium de psicografía mecánica, donde el espíritu dirigiendo la mano del médium fuera plasmando en el papel las diferentes notas. 

La realidad es que el fenómeno era de videncia y auditivo. Ella no entraba en un trance mediúmnico, simplemente veía y oía al espíritu que le iba diciendo y ayudando como tenía que escribir las partituras.

Puede que para este caso ese fuera el mejor método, ya que un trance profundo implica un mayor desgaste del médium. Puede ser también que fuera necesario que la médium estuviera consciente durante el proceso para posteriormente reproducir las piezas en el piano, puesto que, como aprendemos con Kardec en el libro de los médiums, el papel del médium en una comunicación mediúmnica es fundamental. Aunque en el proceso de tocar el piano ella fuera guiada por los espíritus, también es verdad que el haber recibido las partituras de forma consciente la hacía más apta a la hora de llevarlas al piano. La verdad es que ese fue el método elegido por los espíritus y los resultados, como veremos más adelante, fueron realmente sorprendentes.

Había recibido un número considerable de partituras y piezas cuando en la iglesia a la que asiste traen un órgano nuevo. Por una razón u otra fue designada para tocar el órgano. Ella explicó que el órgano es distinto al piano, y que de forma consciente no era capaz de tocar nada, pero aún así los compañeros del grupo insistieron. Durante un tiempo se preparó pero no conseguía buenos resultados. 

Tocaba tan mal, que en muchas ocasiones pensó tirar la toalla, sin embargo Liszt le animaba a seguir. Posiblemente aquello constituía una práctica necesaria para su labor como médium.

De vez en cuando llevaba alguna composición de los espíritus al grupo, y de esta forma, poco a poco fue corriendo la voz de una médium que recibía a grandes compositores como Liszt o Chopin.

Algunos críticos musicales estudiaron las partituras y obras recibidas por Rosemary Brown quedando completamente sorprendidos. No era precisamente la calidad de las composiciones, que aunque eran buenas no estaban a la altura de las composiciones maestras de estos genios, eran los estilos peculiares de cada uno de ellos lo que sorprendía a los críticos. Se podía ver en cada giro, en cada ritmo o en cada paso la forma de componer que esos maestros habían tenido en vida.

Por ejemplo el célebre Hans Gal, un gran músico que reside en Edinburgo, recibió de manos de una amiga de Rosemary Brown, (Mary Firth, profesora de música), una gran cantidad de piezas, fundamentalmente de Chopin. Veamos lo que nos dice al respecto:
Llevé a este músico las piezas recibidas por Rosemary Brown sin indicarle la procedencia. Le dije simplemente que uno de mis alumnos las había compuesto. Toqué algunas piezas para el músico y éste quedó entusiasmado, diciendo que quien quiera que hubiera compuesta aquello debía haber asimilado perfectamente al Chopin. Estaba completamente admirado y perplejo de que alguien pudiera haber asimilado a un compositor de forma tan completa. Él estaba cierto de que la persona que había compuesto aquello debía de haber estudiado durante años a Chopin y tocado sus composiciones durante toda su vida. El Dr. Hans Gal es escéptico y cuando supo cómo había sido obtenida la música, negó que eso fuera posible.
Otro ejemplo, entre cientos es el de Margaret Stow, artista profesional estaba convencida de las cualidades de la médium. Podía identificar claramente los estilos de los artistas desencarnados. Cuando recibió una pieza de Liszt ella misma pintó un cuadro con un paisaje representado aquella música. Liszt se apareció a Rosemary Brown y le explicó que él estuvo presente cuando ella pintó el cuadro, haciendo notar de las dificultades que tuvo para que el barco quedara perfecto. Además el espíritu hizo referencia a un perro de la artista que había muerto y que siendo cachorro había tenido un problema en una pata. Todo fue confirmado por  Margaret.

Otro crítico de música, Evans senior, que escribe para la revista Música y Músicos estaba convencido de las facultades de la médium. Entrevistándola él le comentó que su abuelo había estudiado música con Liszt, y le gustaría saber si él compositor se acordaba de eso. –“Si, era un joven de cabellera rubia”. Evans no sabía si su abuelo tenía de joven el pelo rubio, pues lo había conocido de mayor y con el pelo cano, por lo que hubo de preguntar a sus familiares que confirmaron todo.

El 17 de octubre de 1968, los oyentes de la BBC fueron sorprendidos por la presentadora, la señorita Mónica Sims, que anunció que se iban a escuchar unas piezas de Liszt, Chopin y Beethoven. La peculiaridad es que estas piezas las había compuesto en el más allá y las habían dictado a una médium. La Sra. Rosemary Brown. El público oyó como tres piezas totalmente desconocidas sonaban, revelando el estilo que habían tenido los autores cuando estaban en la tierra.

Al día siguiente miles de cartas llegaron a la dirección de la BBC. Los oyentes querían saber más de aquella médium. ¿Era todo real? ¿Era un fraude publicitario? ¿Quién era esa mujer? ¿Dónde se había formado? ¿Qué experiencia y formación musical tenía? ¿Habían sido sus obras estudiadas por expertos en la materia?

Debido a la avalancha de cartas y mensajes que llegaban, la BBC se vio en la obligación de realizar varios programas en los que entrevistaron a la médium, presentaron referencias biográficas, en las que pudieron observar que aquella mujer no había tenido ninguna formación musical, que salía adelante con recursos muy limitados, que desde joven se había visto obligada a trabajar. Actualmente trabajaba de cocinera en un colegio.

En uno de los programas le pidieron si podía recibir allí mismo una pieza de algún compositor. Ella respondió como siempre: Por si misma nada podía hacer, que solo obtenía resultados si ellos venían, pero que podía intentar aunque no garantizaba nada.

Liszt se le apareció y le dictó una partitura que tituló con el nombre de “Grubelei”.
Rosemary Brown cuenta que desde que empezó a recibir el dictado del espíritu había algo que no le cuadraba. Las notas aparecían de forma extraña, ella tenía muchas dificultades para interpretar lo que estaba recibiendo y temió no estar captando correctamente lo que Liszt quería decirle. Aún así la partitura fue terminada y posteriormente ejecutada. Fue todo un éxito. Los críticos consideraron esa pieza como una obra notable que muy bien hubiera podido ser escrita por Liszt cuando estaba en la tierra. Aquella obra supuso un notable salto de calidad en las obras que recibía la médium, y era esa la causa de su desconcierto a la hora de recibirla, ya que no estaba lo suficientemente capacitada para entender la magnitud de lo que el espíritu le estaba dictando.

Pero no todo fue un camino de rosas en la tarea de Rosemary Brown. De la misma forma que le llegó el reconocimiento, las críticas se cebaron con ella. Muchos críticos mordaces opinaban sin conocer el fenómeno, llegando a conjeturar que ella había estudiado durante mucho tiempo las obras de todos estos compositores y estaba utilizando la idea de los espíritus con fines propagandísticos. A estos les respondía desde la calma, recordándoles que su vida estaba perfectamente documentada por los testimonios de vecinos y amigos. 

Ella había vivido siempre en la misma casa, una casa pobre que había pertenecido a sus padres. Además, si la música era producida por ella sin ayuda de los espíritus, ¿por qué exponerse al ridículo cuando podía ser considerada una compositora genial? Muchos críticos que estudiaron la obra de Rosemary Brown afirmaban que si los espíritus eran quienes habían hecho el trabajo, bueno, pero si esa idea no era cierta y la obra pertenecía exclusivamente a ella, debía ser considerada como uno de los músicos más sobresalientes de la historia, por lo que la idea del fraude no tenía mucho peso.

Otros la consideraban como portadora de un problema de orden psicológico. 

Decían que ella realmente había recibido clases y formación musical, pero lo había olvidado todo por completo, y su subconsciente creaba las figuras de los espíritus para evocar los conocimientos que tenía. Como vimos en la refutación al respecto del fraude, hay innumerables testigos que conocían la conocían muy bien y que podían dar testimonio acerca de su vida, quedando perfectamente demostrado que ella jamás recibió una educación musical, sin embargo, para responder a estos críticos ella se sometió a profundos y exhaustivos test psicológicos. Transcribimos los resultados a los que llegó el Dr. W.H.C. Tenhaelf junto con su equipo:
“El caso de Rosemary Brown, en mi opinión, se encuadra entre aquellos sobre los cuales aún permaneceremos durante mucho tiempo inciertos en cuanto a la posibilidad de aplicar la hipótesis espiritual. Como ya dije anteriormente, en principio, no desecho la hipótesis espiritual, que es aceptada por Rosemary Brown y otros, aunque no descartarla y aceptarla no son sinónimos. Estoy, con todo, totalmente convencido de que el origen de sus composiciones debería ser objeto de una profunda investigación. El primer paso ya fue dado. Rosemary Brown estuvo en Holanda hace poco tiempo y aprovechamos la oportunidad de su visita para someterla a test psicológicos y psiquiátricos. El resultado demostró que estamos tratando con una señora de perfecto equilibrio mental, que no se preocupa absolutamente en ser famosa.
En realidad es lo contrario. Mi colaborador, -un psiquiatra de manicomio con muchos años de experiencia, no consiguió encontrar la menor aberración mental, ni nuestro examen de diagnóstico psicológico muestra cualquier desvío en ella. Entretanto, están siendo elaborados planes para una constante investigación por parte de músicos de renombre.
Cualesquiera que sean los resultados obtenidos con relación a la naturaleza espiritual del fenómeno, estoy convencido de que la investigación nos conducirá a un importante enriquecimiento de conocimientos relativos a los llamados fenómenos mediúmnicos.
Entre los innumerables pacientes, (entiéndase paciente como sujeto de una investigación científica) con los que he trabajado durante muchos años, Rosemary Brown es, realmente, uno de los más interesantes. Ella es también uno de los más adorables y sobre todo, uno de los más equilibrados mentalmente.
Como vemos en la declaración del médico, no había ninguna patología de orden psíquico o psiquiátrico en la médium. Es verdad que el médico no se manifiesta en relación al origen de los fenómenos, pero si no los afirma tampoco los niega. 

Es más, aborda la cuestión afirmando que el caso era susceptible de verificar. En otras palabras, el facultativo descarta toda idea de fraude y patología, y deja abierto el campo a una investigación, que según él, debe ser seria y profunda.

Otros criticaban también la calidad de algunas de sus obras. Decían que muchas de ellas, a pesar de revelar ciertamente las características de los músicos que las firmaban, no llegaban al grado de genialidad que ellos habían tenido en vida. Esto es algo totalmente comprensible y explicable cuando se conoce y comprende cómo funciona el proceso mediúmnico. El espíritu al comunicarse con un encarnado no lo hace como si tuviera un cuerpo físico y pudiera articular un sonido.

El proceso de comunicación se da fundamentalmente de forma telepática, y aunque en determinados momentos el médium pueda creer que realmente está escuchando un sonido o viendo una imagen con los órganos del cuerpo, la realidad es que esa información le está llegando a través de su propio espíritu, lo que se confirma por el hecho de que el resto de personas no ve ni oye nada. Por lo tanto, cuando el médium recibe una comunicación, sea del tipo que sea, la registrará primeramente a través de su espíritu, que enviará posteriormente la información mediante el sistema nervioso central del médium. En este proceso hay un factor anímico que imprime a la comunicación las características propias del médium y por lo tanto, se pierde en parte la pureza total del mensaje.

Aún así, es verdad que en la obra de Rosemary Brown, hay piezas que los críticos consideraron de una calidad excelente y que podrían haber sido realizadas por los compositores cuando estaban en vida. Aprovecho esta explicación, que realizo de forma escueta, solamente para consignar el proceso de la manifestación mediúmnica y cuya explicación completa escapa a la finalidad de este artículo, para indicar que por esta misma razón casi todas las piezas recibidas fueron para piano, un instrumento que Rosemary Brown conocía y con el que tenía cierta familiaridad.

En cuanto a las características de sus composiciones, podemos verificar algunos puntos que serían importantes a tener en cuenta a la hora de valorar el fenómeno.

Ellos serían:

El tiempo de composición. El tiempo que Rosemary Brown tarda en componer una de sus obras es muy inferior al tiempo que los autores tardaban cuando estaban encarnados. El hecho es fácilmente explicable. Cuando estaban encarnados los autores tenían que pensar en las piezas, trabajar en ellas durante mucho tiempo hasta que quedaban lo más ajustadas posibles a su idea. En el caso de Rosemary las piezas ya estaban hechas, los maestros cuando llegaban a ella ya tenían las piezas terminadas y lo único que hacía falta era dictárselas a la médium. Esto demuestra una vez más que no era posible que ella hubiera compuesto todas esas melodías.

Estilos perfectamente identificables. Es otra característica muy importante. Para que una persona pudiera reflejar el estilo, la temática, los temas etc., de uno de estos artistas, era necesario un estudio profundo de su obra, además de unas cualidades musicales extraordinarias y un oído muy perfecto, pero para componer, ahí no solo basta lo que hemos mencionado, es necesario poseer además genialidad. Esto le faltaba a Rosemary Brown, ya que nunca fue capaz de hacer algo por ella misma sin la influencia de los espíritus.

Por otro lado, aunque supusiéramos una genialidad en ella capaz de imitar las características de un compositor, aunque imaginemos que ella hubiera tenido el tiempo suficiente para hacer un estudio profundo de uno de ellos, esto explicaría el fenómeno solo en parte, puesto que fueron muchos los músicos que trajeron obras a través de ella, cada uno con sus preferencias, temas y estilos propios.

Idiomas desconocidos de la médium. Muchos autores dieron mensajes en sus idiomas personales de los que la médium no tenía conocimiento, y no en inglés que era el idioma de la médium. De esto hay muchos testigos, todos ellos personas serias y perfectamente sensatas como para dejarse llevar por la ilusión y el engaño.

Por todo ello, creemos que el caso de Rosemary Brown ha contribuido de forma significativa a la finalidad que los músicos desencarnados pretendían: Hacer un llamamiento a la realidad de nuestro ser espiritual, y sumarse al mensaje que desde hace mucho nos vienen dando:
“La vida no es un conjunto de células que el azahar organizó. Ella es el resultado de una inteligencia creadora que la instituyó con la finalidad de permitirnos el crecimiento espiritual, cuya base se encuentra en la solidaridad, la fraternidad y el ejercicio de la práctica del bien. Nuestra vida es un peldaño en la escalera de la evolución, y depende de nosotros mantenernos aferrados a ese peldaño o seguir adelante, en un crecimiento personal y espiritual, donde el tener pasa a un segundo plano, ya que el ser es la base de nuestras preocupaciones”,
Para terminar, me gustaría hacerlo con la opinión de Mervyn Souhwark, obispo anglicano que se hizo célebre por su participación en diversos debates de opinión de la BBC.
“Rosemary Brown reside a una distancia de quince minutos a pie de la casa episcopal, en el lado opuesto a Tooting Bec Common. Sin embargo fue en la primavera de 1970, once años después de que llegué al distrito, que tuve la oportunidad de conocerla. Fue en una comida en Knightsbridge, organizada por el periódico: “Psychic News” La comida contó con la presencia de varias centenas de personas, y una las partes del programa constaba de un recital de Rosemary Brown. Su actuación fue inolvidable, llamando la atención de los presentes y despertando interés y provocando una ferviente discusión en torno a su música. Creo ser justo al declarar que por cualquiera que fuese el motivo, ninguno de los presentes parecía estar poniendo en duda su probidad y honestidad. Ella está convencida de estar en contacto con Liszt y otros compositores.
Ella los ve, conversa con ellos y se transforma en receptora de sus más recientes composiciones.
No tengo competencia para hacer una valoración técnica sobre la calidad de su música, sin embargo personas más capacitadas que yo, están convencidas de que está escrita en el estilo de los compositores que las firman. En una palabra, parecen auténticas.
Ahora, si Rosemary Brown se hubiera dedicado a la música y fuese una pianista brillante, sería posible encontrar una explicación directa. Pero no es ese el caso. Rosemary Brown creció en un ambiente relativamente humilde, que no le proporcionaría medios o tiempo para dedicarse a estudios de música. En los últimos años, ha trabajado como ama de casa al cuidado de sus hijos en su hogar, en Balham. Como dice Sir George Trevelyan, ella no tuvo ningún precedente musical o vocación inicial, casi ningún estudio y pocas oportunidades de oír música en discos o conciertos, directamente o por radio. Siendo viuda, su principal preocupación era equilibrar su economía doméstica y lo hacía trabajando cinco horas diarias preparando comida en la escuela de sus hijos.
En mi opinión, la explicación más plausible para este fenómeno, es que él sea de naturaleza psíquica, está en la mediúmnidad de Rosemary Brown.
Es lamentable que la palabra médium tenga algunos tintes negativos, porque en su verdadero sentido significa “intermediario” es decir, una persona que actúa como medianero. En este caso, al parecer, un grupo de músicos dirigidos por Liszt y Chopin, pretende ampliar el número de sus obras, en beneficio de la humanidad, y escogieron a Rosemary Brown para actuar como agente de ellos.
Está claro que esta explicación podrá parecer absurda a aquellos que rechazan la concepción de la vida después de la muerte, y que sin duda recurrirán a los viejos argumentos de “telepatía” “intuición”, sin definir lo que quieren decir con tales palabras. Más no es absurda para los que encaran la muerte como un acontecimiento de la personalidad.
Al tener un firme interés en las investigaciones psíquicas desde hace muchos años, creo poder afirmar de forma razonable que del otro lado del túmulo nos depararemos con una vida en otra dimensión, de poderes y facultades más amplios. Si así fuera, es también razonable suponer que los artistas continuarán trabajando en el desarrollo de sus talentos peculiares. En realidad, sería singular la concepción de otro mundo en el que los que lucharan para crear algo, cuando estuvieran en este, no tuviesen la oportunidad de utilizar sus aptitudes.
¿Por qué habría Liszt y este grupo de compositores escogido a Rosemary Brown en vez de a algún famoso pianista o compositor? Esta es una pregunta que cualquier persona se haría. Tal vez sea este otro ejemplo más del método bíblico, por el cual, la verdad es revelada por los simples e ignorantes. Los héroes del viejo y del nuevo testamento se distinguían por su integridad, no por su linaje o por sus haberes.
En una época en que la mente del hombre se haya esclavizada por el materialismo reinante, y en que la iglesia encuentra dificultades para indicarle una existencia más noble, la experiencia de Rosemary Brown surge como un desafío y un marco para los que son dotados de discernimiento.
Hay un mundo más allá de este, y si tuviéramos realmente la certeza de eso, viviríamos nuestras vidas a la sombra de la eternidad.
Espero que este artículo pueda servir para que hayan podido conocer un poco mejor a esta mujer, que a pesar de las dificultades y adversidades, aportó su contribución hacia la realidad de nuestra inmortalidad, que será, indudablemente, nuestra más preciada riqueza.

Juan José Torres

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