Estudio sobre el periespíritu - 1ª Parte

El  periespíritu ante la Psico-bio-fisica.

01-Conceptos Generales

El concepto de periespíritu surgió con Kardec, cuando analizó los fenómenos llamados espirituales y, con la pobreza de conocimientos científicos de su época, usó los términos empleados en aquel tiempo para intentar definir lo que había descubierto por medio de las comunicaciones con los espíritus y sus propias observaciones en relación a él.

Así, vamos a encontrar, en Libro de los Médiums los siguientes conceptos y consideraciones:

En el Ítem 3 del Cap. 1 de la 1ª parte dice Kardec que, además del cuerpo (o envoltorio material) el Espíritu encarnado tiene un segundo envoltorio semimaterial que lo une al primero.

Dice también que el periespíritu constituye para el Espíritu un envoltorio fluidico vaporoso, pero que a pesar de ser invisible a nuestros ojos, no deja de poseer ciertas propiedades llamadas materiales.

Se destaca, por tanto, la idea de que el periespíritu sea considerado “semi-material” además de tratarse de un envoltorio.

En el ítem 50 del Cap. IV - 1ª Parte, Allan Kardec hace el siguiente comentario: la afirmativa nos lleva a admitir que el periespíritu se torna un componente del alma (Espíritu encarnado) y juntos forman un todo.

En la 2ª parte, en el ítem 54 del Cap. 1 encontramos la información de que el periespíritu es el intermediario de todas las sensaciones que el Espíritu transmite sobre el cuerpo.

Todavía en el ítem 75 del Cap. 4 de esta segunda parte, el periespíritu es definido como un “fluido condensado” y que se une al cuerpo cuando está el espíritu encarnado, pero que pertenece al Espíritu cuando éste se ha liberado de la materia física, tejiendo comentarios  respecto a  sus propiedades.

Estos son los principales puntos para nuestro estudio, y que conviene que sean conocidos.

Hace medio siglo, cuando hice un estudio científico a su respecto, basado en estas informaciones y en mis parcos conocimientos de profesor de Física, comparé el periespíritu al campo magnético de una cinta de grabación de sonido e imagen que, en la época pontificaba como siendo el gran invento para grabar programas de TV. Evidentemente, resguardando las respectivas características de uno y de otro, ya que el estudio seria comparativo y no correspondiente.

Desde aquella época hasta la presente fecha, muchas cosas fueron agregadas al conocimiento humano y las investigaciones científicas en el campo de la existencia de la vida terrenal revolucionaron por completo todos los conceptos de que se disponía para el análisis de este asunto.

Todavía, en el medio espírita brasileño, los tradicionalistas aún se basan en obras mediúmnicas aisladas o en sus consideraciones particulares a respecto del texto del codificador. Muchos insisten en consideraciones erróneas e incompatibles con lo que la Ciencia ya descubrió experimentalmente y que contrarían algunos de esos mensajes mediunicos de Entidades famosas en dicho medio espírita brasileño.

La Física cambió mucho con los nuevos descubrimientos, pero desde Kardec hasta ahora, el cambio es mucho mayor en este campo y, por eso, conceptos científicos de la época usados por Kardec tuvieron nuevas connotaciones que los tradicionalistas insisten en no aceptar, olvidándose de que tales actualizaciones se basan en las nuevas verdades descubiertas.

Uno de esos ejemplos es el caso de la energía que, siendo completamente desconocida en su estructura, en el siglo XIX, era llamada de “fluido”, hasta la electricidad era conocida como “fluido eléctrico” concepto que actualmente solo define los líquidos y los gases porque la energía no es material.

La materia es uno de los estados físicos de la energía.

Es pues, plenamente aceptable que la energía cuántica –a la que llamaban radiante- fuese considerada semi-material por estar constituida de energía fundamentalmente, sin ser materia.

Todavía, ignorando esto en la época, Kardec también la definió sabiamente como “semi-material” de la cual el periespíritu tendría su origen. La materia era todo en su época y lo que no fuese material no existiría ante lo que se conocía. ¡Si, todavía no se sabía que la molécula era compuesta de átomos, y mucho menos de la existencia de partículas y subpartículas atómicas! Cuanto más en relación a la energía fundamental, origen de todo lo que se defina como siendo material o, simplemente, existencial, en nuestro Universo.

Ya fue una gran osadía, como fue dicho, que Kardec considerara conceptos energéticos como siendo “semi-materiales” evidentemente, un absurdo en el concepto actual pero única explicación encontrada en aquella época para conceptuar lo que representaba materia en el estado físico de la energía.
Infelizmente, algunos doctos divulgadores de la doctrina espírita que siguen obras mediúnicas y otros que tienen interpretación propia a respecto de los textos de Kardec, pero sin tener una mínima información de lo que ya fue descubierto por la ciencia –evidentemente fuera del movimiento espirita– resolvieron conceptuar el periespíritu con criterios propios, cometiendo terribles errores de naturaleza científica. Este fue el motivo que me llevo a volver a un asunto que ya abordara en tiempos pasados.

De lo que escribí en aquella época, aparecieron muchas novedades y esto da motivo para a admitir que mis antiguos conceptos tienen que ser reformulados. Todavía, uno de ellos no muda: el periespíritu, según las pesquisas científicas es un campo cuántico que Kardec no podría definir en una época en que, ni siquiera, la energía era conocida.

La Ciencia paranormal de la actualidad da al periespíritu el nombre de psicossoma, (del griego: psiké – alma y soma – cuerpo) altamente coherente con las consideraciones de Kardec y sus estudios, que son fruto de una investigación profunda a respecto de su existencia.

Para los que no leyeron nuestro trabajo anterior, cabe recordar que hacíamos una referencia a los primeros descubrimientos realizados al periespíritu en 1945, por los italianos financiados por los nazistas al descubrir que la mujer, incluso aunque ya hubiera estado embarazada anteriormente, solo se tornaba fértil si apareciera un campo magnético en su vientre que comandase el proceso desde la fecundación hasta la final del feto. Ellos imaginaron que serían capaces de crear un campo artificial idéntico en probeta, con eso, dominarían la creación de seres por procesos científicos sin necesidad materna.

Comenzó, así, el origen de todo el estudio que, actualmente, tiene otro enfoque totalmente diferente de aquel que el eje nazista adoptara en su materialismo.
Pesquisas más modernas comprobaron que la formación fetal depende, sin duda, de un campo magnético extraño a la madre y que actúa en su vientre para estructurar el feto que va a ser creado. Esto es tácito e indiscutible. En caso contrario no habrá fecundación porque este campo comanda hasta la selección del espermatozoide que debe fecundar el ovulo.

Todas estas pesquisas son hechas con aparatos expectograficos específicos que no dejan dudas relativas a sus registros y que, como tal, no pueden ser desmentidos por hipótesis específicas de opiniones individuales, y mucho menos por mensajes mediunicas atribuidas a Entidades espirituales que se hagan pasar por sabias.

“A título de recuerdo: los espectrógrafos más primitivos son los electrocardiógrafos y los electroencefalógrafos”. Actualmente ellos tienen gran actuación en las salas quirúrgicas, captando el campo vital del paciente.

Todavía, el fanatismo de ciertos predicadores que se dicen espiritas pasa a ser responsable por la contestación científica debidamente comprobada por los aparatos y cuando alguien se refiere a esos resultados científicos, la alegación eterna del fanatismo es que la doctrina es “otra”, aunque el propio codificador haya dicho que ella caminaría con la Ciencia y sus nuevos descubrimientos.

Cabe, ahora, preguntar:- ¿Y qué fue lo que las investigaciones descubrieron?

En primer lugar, que la vida depende de un campo dicho “psi-cuántico” (concepción del Dr. Hernani G. Andrade) que comanda la formación del feto, campo este que tiene propiedades compatibles con el cuerpo somático de la vida humana en la cual va a nacer.

Todo campo cuántico, sin duda, es un fenómeno proporcionado por una fuente que vibra bajo la acción de un agente físico, a ejemplo del más elemental  de ellos, que es el acústico: tenemos una cuerda de guitarra; un agente físico –el dedo del músico– que actuará sobre la cuerda y la hará vibrar; así, la cuerda emitirá una cierta cantidad de energía acústica que se propagará en un medio, en este caso, el ambiente; y así sucesivamente.

Ahora, por tanto, si lo que fue detectado por los espectrógrafos como aparentemente la causa de la formación fetal se trata de un campo, evidentemente, el deberá haber sido causado por una fuente que vibra bajo la acción de un agente extraño.
Es esto lo que los científicos están investigando.

02- En el campo experimental

Desde que los italianos, bajo influencia nazista, descubrieron el aludido campo uterino (1944) responsable por la gravidez, y juzgaron que lo podían estructurar artificialmente en una probeta en idénticas condiciones, las investigaciones pasaron a ser hechas en torno de esta idea, que envolvió otras experiencias, destacando las relacionados con el peso del alma hecho por los suecos, y los descubrimientos de Harold Saxton Burr que pueden ser conocidas en la lectura de su libro que tiene el título de “Life`s   Field” (Campo de vida).

El Papa Pio XII, Al término de la Gran Guerra prohibió el estudio de los italianos y todo se resumió a noticias dadas por los diarios franceses. La idea materialista de que la vida dependía de un mero campo energético contrariaba cualquier posición de la Iglesia, motivo por el cual, independientemente de los futuros resultados, ella actuó para que tales investigaciones fuesen extinguidas.

Los rusos, todavía en la época comunista, también se dedicaron a la investigación del periespíritu por ellos conocido como “psicossoma” – cuerpo psíquico – y que, como tal, nada tendría que ver con los conceptos religiosos que definen el Espíritu como “soplo divino” Ahí, la Iglesia nada puede hacer. 

Todas estas investigaciones llevadas a cabo concluyeron que, de hecho, la vida dependía de un campo cuyo inductor que era desconocido, pero que podría ser comparado al campo de un imán, producido por uno de ellos, cada cual con sus características inherentes al imán correspondiente. Solo que no conocían la causa correlata con el imán.

El imán agregaba limallas de hierro y níquel, el campo psicosomático agregaba células orgánicas. He aquí la diferencia.

En el caso del “peso del alma”, los suecos acoplaron un dinamómetro al espectrógrafo usado para detectar este aludido campo, y concluyeron que, en el momento agónico, exactamente en el acto de la muerte, el campo de vida perdía 22 gramos, veintidós gramos-fuerza y el resto continuaba latente en el cuerpo humano debido a las células orgánicas vivas todavía. La primera conclusión, por tanto, más que obvia, fue la de que este campo es el que determinaba la vida persona física del cuerpo humano y no el de sus células, como suponían los materialistas.

Al final, sin el aludido cuerpo, todavía, tales células se degradaban según lo que, para ellos, este campo estructurador estaría íntimamente ligado a los frameworkers – agentes estructuradores de las partículas atómicas – responsables por la aludida estructuración desde las partículas más elementares hasta el átomo. En el caso, el “campo de la vida” seria el que Kardec definiría como “periespíritu” y el agente estructurador seria, por tanto – y por correspondencia – el Espíritu encarnarte. Sus características corresponderían a un ser humano en cuanto que, en el caso de las partículas, dicho agente estructurador se restringe a la condición elemental de las partículas atómicas correspondientes.

Todo estaría todavía en ciernes para conocimiento general, cuando el equipo de astrónomos de Palomar descubrió que en el Universo existía 73% de nada y apenas 27% de energía y que, a partir de ese “nada”, que los aparatos ópticos no eran capaces de detectar, surgía un peso sin masa (fuerza cuyo agente no era detectado) capaz de actuar en el Universo modulándolo y actuando, principalmente sobre el polvo cósmico, para dar origen a una serie de astros, como los planetas.

La obra titulada “La Teoría de la Nada”, teniendo Sten Odelwald como principal observador astronómico, nos da una idea de ese descubrimiento.

Con esto, para la filosofía asiática reencarnacioncita (Escuela hindú), la nada sería aquello que conocemos como “Espiritualidad” y que, al no constituirse de energía cósmica, nuestros aparatos todavía no son capaces de detectarla en su forma.

Para que se pueda entender mejor el periespíritu como “campo” cabe recordar el concepto físico elemental del mismo: el campo puede ser definido como siendo el área física en torno de un agente cualquiera sobre el cual su acción es percibida.

Por ejemplo: en torno de una hoguera hay una región donde su calor es percibido; este sería el campo térmico de la misma. El imán es siempre el ejemplo ideal porque en su entorno hay una región restricta de atracción fuera de la cual ella no es sentida.

Evidentemente, esta región sobre la cual el agente actúa no es solamente un área influenciada por él, sino una región impregnada de la acción del agente sobre la cual actúa. Los campos tienen propiedades propias y no se encajarían en el concepto de periespíritu si solo fueran geométricamente considerados.
La primera característica de cualquier campo es la energía que posee, actuante y correlativa con el agente estructurador. El campo de imán tiene la propiedad de aglutinar limallas de hierro y níquel dando a ellas una formación correlata con el imán, creando imágenes conocidas que corresponden a la configuración de las “líneas de fuerza” del campo.

Sobre esto nos da una idea lo que había dicho Kardec cuando define el periespíritu como material, o mejor, semi-material, porque tendría esta propiedad aglutinadora de reunir la energía cósmica en si como el campo del imán cuando actúa sobre las aludidas limallas.

Esta energía cósmica modulada por el agente físico que actúa en determinada región en torno de su agente estructurador, es conocida como uno de los estados físicos de la energía fundamental. Así, el concepto de “semi-material” emitido en la época de Kardec satisface plenamente a las condiciones de conocimiento de la actualidad.

Sin el periespíritu, solo tendría sentido esa energía si fuese capaz de actuar de forma semejante, agregando energía cósmica en su campo para que pudiese actuar sobre las células orgánicas fetales en el útero materno durante el proceso encarnatorio.

El campo del imán también es formado de energía agregada a él sin la cual jamás actuaria sobre las limallas.

Pero, debemos recordar que en la época de Kardec no se conocía la energía, pues el propio Kardec habría definido la energía cósmica fundamental como siendo un fluido, o FCU. Por tanto, en aquella época, no siendo material solo podría ser considerado como ”semi-material”. Entiéndase, pues, el concepto en cuestión. 

03) – Propiedades del periespíritu.

La primera consideración que deberíamos tener presente es la de que si tuviésemos que esperar a las informaciones de los Espíritus para el desarrollo y la evolución del conocimiento humano, no se justificaría que tuviésemos que encarnarnos (en la Tierra en nuestro caso) para aprender las cosas relativas a la vida.

Por tanto, no es valiéndonos de informaciones espirituales que vamos a sacar conclusiones, inclusive las ligadas a asuntos transcendentales como los ahora estudiados. En caso contrario, no habría necesidad de la existencia de Kardec ni de la codificación de la doctrina espírita puesto que bastaría que nos restringiésemos a los mensajes mediunicas. Además de eso, tales mensajes solo son considerados validos por la universalidad de los mismos, de forma repetitiva y no por informaciones restrictas y exclusivas de determinada Entidad y de un único médium. Esta es la ley espirita.

Por eso, lo que tenemos que analizar no es ni la opinión propia de oradores doctrinarios interpretando a Kardec, ni informes restrictos a determinado Espíritu considerado sabio.

De esa manera, lo que debemos tener en cuenta es lo que las investigaciones descubrieron y que pueden ser verificadas siempre que el experimento fuera repetido, independientemente del laboratorio que lo haga.

Así, rigurosamente coherente con lo que Kardec informa en “El Libro de los Médiums” y también en diversos artículos de La Revista Espirita, vamos a llegar a las siguientes conclusiones obtenidas por la verificación hecha en laboratorio con el uso de aparatos espectograficos capaces de detectar el aludido “campo de vida”.
1 – El periespíritu es elaborado por el Espíritu según sus necesidades junto al mundo  cósmico en que va a vivir;
2 – Es un campo cuántico de naturaleza psíquica capaz de estructurar células orgánicas y formar cuerpos somáticos;
3 – En consecuencia de la propiedad anterior, tiene la condición de transmitir al dicho cuerpo somático sus necesidades orgánicas decurrentes de la vida que deba tener;
4 – Como tal, comparando al campo de una cinta de grabador, él puede interferir directamente en el cuerpo somático, modulándolo para que se estructure según sus necesidades evolutivas. 
5 – En sentido inverso, puede gravar todo lo que el encarnante haga durante su vida terrena, siendo el archivo temporario de sus reacciones: de esa forma, nuestras actitudes presentes  pueden reflejarse en las vidas futuras y el dicho: ”según lo que hagas, eso encontraras”, estará totalmente justificado, recordando que, como en una pila eléctrica, toda energía que se emana de un polo vuelve para el otro, cerrando el circuito.
6 – Siendo transitorio, como todo y cualquier campo, decurrente de la acción inductora del agente, él no podrá ser el registro de nuestros actos, o sea, la “memoria inconsciente” freudiana, archivo de todos nuestros actos pasados, pero servirá de hilo  entre nuestra vida encarnada y los demás campos y sistemas integrados del Espíritu.
7 – Del mismo modo que el campo de un conductor eléctrico se modifica de acuerdo con la corriente que pase por él,  también el periespíritu será modulado por la índole o variación de sentimientos del Espíritu, motivo por el cual este necesita de un ambiente compatible con su evolución para encarnarse, a fin de que su periespíritu pueda actuar en las energías materiales del mismo.
Lo interesante aquí, es que todo eso fue comentado por Kardec sin que, en su época, se tuviese noción ni el conocimiento actual relativo a los campos energéticos y principalmente, de naturaleza psíquica.
Carlos de Brito Imbassahy*
Traducido del portugés por Pedro Rodríguez
    • *
      Nacido el 09/10/1931, en la ciudad de Niteroi (RJ), hijo del añorado cofrade Carlos Imbassahy.
    • Es  conferenciante y escritor, espirita.
    • Bachiller en Ciencias Exactas, Filosofía, Ingeniería Civil, Composición e Instrumentación (Música) y Periodismo;
    • Profesor de Física Analítica Vectorial y Mecánica Cuántica.
    • Redactor y cronista del Diario del Comercio (R/J).
    • Miembro del cuerpo de redacción de la Ediouro; con numerosos libros publicados, entre los cuales podemos encontrar “La Reina Reencarnada”, “Leyendas de Osiris”, “Las Apariciones y los Fantasmas”, “La Bioenergía en el Campo del Espíritu”, ”En los Dominios del Alma”, etc.,
    • Autor de la comedia “Vida de Profesor”, primer lugar en el Premio Sintrasef de Teatro.
    • Autor de numerosos artículos y crónicas, publicados en diversos periódicos.

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