El Centro Espírita 5

Parte 2.4: Los servicios del Centro: Los pases

Uno de los servicios más comunes en los grupos espíritas es el de los pases.

Sobre esto, sería necesario hacer algunas anotaciones sobre el valor real de este servicio, y como se encuadra dentro del ámbito del espiritismo.

El pase, (y sin entrar en pormenores sobre él, cosa que no hace parte de este artículo) es una transfusión, -valga esta expresión-, de energías, entre una persona que da y otra que recibe. En realidad, la palabra pase se refiere a los movimientos que con los brazos realiza el magnetizador para la transmisión de energía. El pase no deja de ser, por lo tanto, una técnica que permite la difusión y radiación de las fuerzas energéticas de las que estamos dotados todos los seres humanos.

Actualmente, la existencia de una energía en los seres humanos no es algo ignorado por los investigadores que con sinceridad se dedican a estos estudios. 

Ya el Dr. Bernard Grad, un Bioquímico e Investigador de la Universidad McGill, en Canadá, realizó interesantes investigaciones al respecto del efecto sanador de la imposición de manos y pases, con resultados claramente evidentes y demostrados. Es más, para evitar el efecto placebo, realizó investigaciones con ratones, e incluso son simientes de cebada, obteniendo igualmente resultados positivos, lo que demuestra la existencia de una fuerza o energía en los seres humanos que puede irradiarse y transmitirse a otros seres vivos u objetos inanimados.

Ahora bien, este efecto, ¿qué tiene que ver con el espiritismo? ¿Se debe aplicar en el centro espírita? Si se aplica, ¿Bajo qué criterios debe hacerse? –A estos interrogantes vamos a intentar responder en este artículo, repitiendo lo dicho anteriormente, que en ningún momento pretendemos, con nuestras opiniones, dar respuestas absolutas y definitivas, sino abrir un marco de estudio y análisis sobre el tema del centro espírita y su importancia.

El espiritismo es una doctrina educativa. Lo hemos repetido en varias ocasiones a lo largo de este trabajo porque pensamos que solo viéndolo así se estaría dimensionándolo en su verdadero contexto. Por lo tanto, su labor más acuciante es la educación del hombre en su aspecto intelectual, moral, social, espiritual… 

Ella nos presenta el espíritu como la inteligencia dotada de conciencia e individualidad, que tiene la finalidad de progresar. El progreso se realiza gracias al trabajo, en una superación constante de nuestras actitudes y aptitudes, buscando realizaciones cada vez más amplias a medida que vamos adquiriendo conquistas mayores. Esa evolución, al darnos cada vez más comprensión, nos otorga un mayor esclarecimiento, lo que redunda en nuestra paz interior y por extensión en nuestra felicidad. Por lo tanto, en el espiritismo no hay conquistas milagrosas. No existe una barita mágica que nos solucione los problemas, puesto que sabemos que la solución de esos problemas gracias al trabajo y al esfuerzo nos otorga experiencia y conocimiento, lo que nos permite progresar.

Hemos de anotar, que la postura del espiritismo frente a las dificultades no es de una resignación pasiva. Consideramos que ellas existen porque es una realidad y no podemos ignorarlas o pensar que no están, pero sí podemos trabajar y luchar por superarlas, y de esa lucha surge el progreso.

Por eso, en los grupos espíritas se habrá de tener en cuenta esto, y no presentar los pases como un remedio para liberar a las personas de sus problemas y dificultades. Es verdad que el pase tiene un efecto positivo, tanto a nivel físico, a nivel emocional y a nivel espiritual, pero el pase no es la panacea universal que todo lo soluciona y esto debe dejarse claro en el grupo espírita.

Considerando la visión espírita al respecto del ser humano, vemos que estamos constituidos de un cuerpo físico, un espíritu y un cuerpo energético, que Kardec designó con el nombre de periespíritu. Simplificando mucho la cuestión, el espíritu sería el ser inteligente y consciente, en definitiva nosotros. El Cuerpo físico es el elemento que nos vincula a la vida biológica en la tierra, y el periespíritu el cuerpo intermediario, que sirve de lazo entre el espíritu y el cuerpo. Por lo tanto, cuando hay un conflicto en el espíritu, este pasa a reflejarse en la estructura energética del periespíritu, que a su vez lo transmite al cuerpo. El pase tiene efecto a nivel energético en el periespíritu, es decir, cuando hay un desequilibrio energético en él, el pase puede restituir la harmonía, pero si el espíritu no lucha por superar el conflicto, el efecto del pase es momentáneo, ya que la causa del problema se mantiene.

Por esto mismo, observamos muchas veces a personas que van a recibir el pase y salen totalmente revigorizadas, pero al día siguiente vuelven a presentar las mismas preocupaciones, los mismos conflictos, las mismas actitudes perturbadoras.

Entonces, ¿Dónde se encuentra el efecto positivo del pase?

Hay que considerar, para responder a esta pregunta, que cuando un problema que se ha originado en el espíritu ha desestabilizado la estructura energética del periespíritu, e incluso se ha somatizado en el cuerpo físico como una patología, el pase puede restituir las energías periespirituales, lo que aliviará mucho al que lo recibe, otorgándole la claridad mental y espiritual suficiente para rehacerse y trabajar en su propio beneficio. Ya vemos en los evangelios, que cuando Jesús curaba generalmente aconsejaba a los beneficiados cambiar de conducta, advirtiéndoles al respecto de esta necesidad para que no les ocurriera “algo peor”. Esta enseñanza de Jesús debe estar siempre presente en el grupo espírita, que no va a advertir, pero si educará en relación a esta realidad.

Por lo expuesto anteriormente, consideramos que el pase tiene relación con la doctrina espírita desde el momento que ella explica cómo se produce el fenómeno, además ofrece una serie de pautas para que su uso sea hecho de forma correcta, sin el mercantilismo y el misticismo del que se revisten otras ideas relacionadas con este fenómeno natural. Por eso mismo, la práctica de los pases en el centro espírita es una labor positiva que puede traer beneficios al grupo, siempre y cuando el grupo no gire en torno de los pases.

Hay ocasiones que las personas acuden al centro espírita con alguna enfermedad física o de orden psicológico, con la idea de que los pases lo curarán. Esto es algo que los miembros del grupo espírita deben tratar con sumo cuidado, aclarándoles que el pase tiene un efecto terapéutico real, pero que no es un remedio absoluto de resultados infalibles. Es más, en ningún momento el grupo espírita se presentará como un remedio para las patologías físicas o psíquicas, que tienen sus especialistas en otros campos del conocimiento. Por lo tanto, el pase nunca sustituirá a ninguna terapia especializada.
Solo desde la ignorancia, -y perdonen la expresión- se puede asumir tal tarea en los grupos espíritas. El espiritismo presenta una filosofía de vida que tiene la finalidad de ayudarnos en nuestro progreso espiritual, dándonos respuestas existenciales en cuanto a la finalidad de nuestra vida y mostrándonos unos patrones de comportamiento que nos ayudan en ese progreso, y es en esto en lo que el centro trabajará. La salud física y psíquica obedece dos factores: Por un lado el espíritu reencarnado y por otro a los mecanismos psicológicos, fisiológicos y biológicos de nuestro organismo. En cuanto a la primera parte, es decir: el espíritu, el espiritismo ofrece los elementos que le dotarán de salud espiritual por medio de un comportamiento ético y moral, y  por otro lado, en relación a los mecanismos psicológicos, fisiológicos y biológicos, estos han sido plenamente estudiados por las ciencias médicas y psicológicas, así como diversas terapias alternativas, y que tienen competencia al respecto de las mismas. El espiritismo no utilizará los pases para inmiscuirse en campos que no son de su competencia. Esto es señal de prudencia y buen sentido.

Decíamos al comienzo de esta parte, que se designa como pase a los movimientos que realiza el magnetizador (o pasista) a la hora de trasmitir sus energías. Estos movimientos, ¿tienen alguna finalidad?

La respuesta no es tan sencilla como para encuadrarla dentro de un si o un no. 

Según los investigadores en el fenómeno del pase, los movimientos tienen una finalidad, y se ha demostrado que ciertos movimientos facilitan la aplicación de los pases. Esto ha de tenerse en cuenta por los pasistas a la hora de aplicarlos, sin embargo sería prudente hacer estos movimientos con la máxima discreción y naturalidad, sin ruidos innecesarios que desconcentran mucho más que ayudan. 

Los gestos extravagantes, exóticos o impropios del carácter de seriedad y respeto que ofrece el espiritismo se evitarán también por razones obvias.

Solo comento a modo de referencia, -ya que se supone algo completamente sabido-, que en el grupo espírita no se cobrará absolutamente nada por los servicios que se ofrecen, incluido, lógicamente, el pase. De la misma forma, en ningún momento los pasistas o personas encargadas del trabajo del pase prometerán resultados a nadie. En relación a esto último, se habrá de tener mucho cuidado porque es algo muy peligroso, pues cuando se promete un resultado positivo, se genera, de forma inevitable, ciertas expectativas que pueden luego no cumplirse, lo que generará posteriores decepciones en los que asistieron y se les dieron falsas esperanzas. Si la prudencia es importante en las reuniones de estudio, mucho más lo ha de ser en este tipo de servicios, donde sin querer y con la mejor voluntad del mundo, podemos hacer daño a los asistentes.

En conclusión, los pases hacen parte de las tareas relacionadas en el centro espírita, y cabe a los miembros del centro, aplicarlos con inteligencia y responsabilidad, sin atribuirles una importancia excesiva, ni tampoco destituirlos de valor.

Juan José Torres

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