Sexualidad Consciente - (2ª Parte)

Charla-coloquio en el Grupo Espírita “José Grosso” de Córdoba (16-5-2013)

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"La primera de las pasiones del alma y de la voluntad es el gozo"
(San Juan de la Cruz)
Ir más allá

Puesto que hablamos desde el punto de vista de la doctrina espiritista –que es propuesta educacional del alma a la luz de las leyes universales- es inevitable prestar atención al uso de la energía genésica (más por una cuestión de disciplina y salud que de moralidad)… Si regresamos al escenario terreno para elevar nuestra naturaleza íntima, es ineludible educar el impulso sexual que nos detiene en la esfera de los instintos, superar el primitivismo emocional. Para ello dos cosas pueden ser propicias: adquirir sexualidad consciente y prestar atención a la economía de la libido.

Sexualidad consciente

Se trata de la trascendentalidad de las energías creadoras en nosotros, teniendo en cuenta: La importancia de la educación del deseo erótico (de la misma manera que nos educamos en nutrición, seguridad vial, etc., etc.

Lo sexual es indivisible del campo de la salud integral (del cuerpo y de la mente, y también del alma).

Que el impulso sexual se diversifique tomando también otras vías de expresión: la mirada, las caricias, ir más allá de los órganos sexuales.

Que esto sea también un factor de crecimiento personal…

Economía de la libido

Igual que las reservas de un parque natural o el equilibrio de un ecosistema pueden verse comprometidos por la sobreexplotación de los recursos, de parecida manera podemos malgastar nuestras energías sagradas… y con ellas nuestro precioso fluido vital (que tan imprescindible es para nuestro sistema energético y funcional).

La expresión artística, el estudio, el deporte…la meditación, la oración, la entrega a una causa humanitaria, la transmisión energética mediante la imposición de manos, etc., etc., todo esto y más también filtran nuestra energía genésica que, al no limitarse a un solo canal, se sublima de manera natural.

Trascender

Aunque pueda parecer paradójico (al menos para los parámetros de nuestra mentalidad dualista), reprimir o bloquear el impulso sexual es hacerlo, al mismo tiempo, contra el auténtico desarrollo espiritual…

La búsqueda de la gratificación sexual puede ser de lo más mundanal e incluso anestesiante, y sin embargo, al mismo tiempo, oculta el más fuerte de los deseos, el más genuino y profundo de todos los impulsos: el anhelo de la trascendencia y la unión con lo divino.

Dice P. Goldberg en “Señales para el viaje” que: <<Entre la supresión y el exceso hay una posición de equilibrio sexual para cada buscador>>… Y tiene mucha razón, pues uno de los errores habituales de muchos aspirantes a la senda espiritual es pensar que deben, de alguna manera, anular su sexualidad…, cuando esta tiene un papel tan importante para su cometido. Es mucho más urgente y saludable, si es que nos sentimos inclinados a nuestra reforma y elevación, trabajarnos antes que nada nuestros ególatras, vanidosos, intransigentes, etc., que intentar superar a toda costa (ingenuamente) los envites del sexo.

Asumir posturas místicas forzadas nos hace recurrir a reacciones implantadas, artificiales, que no nos ayudan por dentro y, además, nos convierte en todo menos en convincentes.

En nuestra a veces precipitada marcha por lo espiritual, no reflexionamos que trascender las cosas que nos limitan significa ir más allá… pero NO anularlas. La trascendencia y la sublimación erótica no deben ser excluyentes, sino integrativas (el consejo de Jesús sobre estar en el mundo pero sin ser del mundo aquí viene muy bien).

Lo sexual no debería entrar en conflicto con el camino espiritual, es más: forma parte del mismo.

Resumiendo

Sexo es salud (tanto por represión como por abuso provocamos desequilibrio).

Para despertar al hombre nuevo planetario se hace imprescindible trascender el deseo genésico y los condicionamientos eróticos (que son compulsiones ególatras y narcisistas).

Entre los espíritas (este y otros temas) debe ser encarado con naturalidad, comprensión y cercanía, no con opiniones domesticadas que buscan aleccionar mediante reacciones más intrusivas que tolerantes.

Prestar especial atención a la economía fluídica (el equilibrio de las reservas vitales)

La clave de todo lo que hemos expuesto se puede sintetizar en dos palabras: naturalidad y consciencia.

Así como hoy comprendemos el sexo como sinónimo de placer, de conquista, de vehículo para la gestación, etc., etc., mañana (en algún mañana de los siglos venideros), irá teniendo para nosotros connotaciones más grandiosas y elevadas, como las tienen interiorizadas los servidores luminosos del Amor, las inteligencias crísticas co-creadoras del universo…

"Escucha atentamente la voz del Amor que mora en tu interior. Vive el amor; siéntelo dentro de ti y en torno tuyo; donde quiera que vayas, prodiga amor y comprensión. Sé como una flor cuya fragancia disipa las nocivas emanaciones de los celos, el temor y la ira. Envuelve en el aroma de la amistad y del Amor divinos a cuantos se relacionan contigo. Quienes perfeccionen su sensibilidad espiritual percibirán –en esa expansión de su amor- el despertar de la Conciencia Crística universal." P. Yogananda

Juan Manuel Ruiz 

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